La central nuclear de Zaporizhia, la mayor central nuclear de Europa y la tercera del mundo, situada en el sureste de Ucrania, fue blanco de disparos. Ambas partes en conflicto se culparon.
«Es un asunto puramente de seguridad, Aquellos que crean amenazas nucleares para otras naciones ciertamente no son capaces de usar las tecnologías nucleares de forma segura», dijo el jefe de Estado ucraniano, Volodimir Zelenski, quien además pidió sanciones contra la industria nuclear rusa. Fue “un crimen abierto y descarado”, condenó.
Mientras tanto, el Ministerio de Defensa de Rusia afirmó que «afortunadamente, los proyectiles ucranianos no alcanzaron la instalación de petróleo y combustible y la planta de oxígeno cercana, evitando así un incendio mayor y un posible accidente de radiación”.
Según las autoridades ocupantes de la región favorables a Rusia, «se interrumpieron dos líneas eléctricas, que alimentaban un equipo de distribución con una potencia de 750 kilovatios, necesario para el funcionamiento seguro de los bloques energéticos de la central nuclear de Zaporizhia».
No se trata del primer ataque a la productora de energía nuclear que Ucrania justifica, afirmando que el Ejército ruso la utiliza para llevar a cabo ataques desde su territorio, algo que Rusia rechaza categóricamente.
Prorrusos llaman a la OIEA al terreno
Las autoridades prorrusas hicieron un llamado a la Organización Internacional de Energía Atómica para que vieran con sus propios ojos la situación en el terreno.
El llamado lo realizó el jefe de la administración local, Yevgueni Balitski, quien declaró su deseo de que fuera al lugar “el jefe del OIEA y viera quién es en realidad el protector del reactor nuclear y quien lo ataca con drones. Quién es terrorista y quién defiende la paz».
El representante de las fuerzas invasoras puntualizó que «el Ejército ruso garantiza la seguridad. Fue justamente el Ejército ruso el que derribó los drones lanzados por Ucrania contra el sistema de enfriamiento de los reactores».
En este sentido, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, acusó a Moscú de utilizar la planta como base para sus ataques contra las fuerzas ucranianas, «sabiendo que no pueden y no van a responder a los disparos, porque podrían golpear un reactor nuclear o desechos altamente radiactivos».
Las declaraciones de Blinken fueron formuladas en el marco de la conferencia de revisión del Tratado de No Proliferación nuclear.
El jefe de la diplomacia del país norteamericano aseguró además que el hecho de que los rusos utilizaran Zaporizhia como escudo lleva a los invasores a “un nivel totalmente distinto y horrendo”.
El pasado mes de julio, la administración local prorrusa también había formulado acusaciones contra Ucrania, por presuntamente utilizar drones para atacar la instalación energética.