Las autoridades instaladas por Moscú en la ocupada región de Jersón, en el sur de Ucrania, pusieron mayor presión a los habitantes para abandonar la zona cuando este domingo 23 de octubre advirtieron que del éxodo depende que salven sus vidas.
El llamado ocurre ante una contraofensiva ucraniana que espera recuperar los territorios arrebatados por las tropas invasoras. Entretanto, Reino Unido rechazó la acusación del Kremlin de que Occidente escale el conflicto por brindar ayuda al país atacado.
Rusia aumenta los ataques contra la infraestructura civil en Ucrania, al tiempo que urge a la población de la ocupada Jersón a huir.
Mientras se encuentran bajo presión de las fuerzas ucranianas que avanzan en dirección a esa estratégica provincia en el sur del país, las autoridades impuestas por el Kremlin allí urgieron este domingo 23 de octubre a todos los habitantes a abandonar la zona cuanto antes.
«La situación actual es difícil. Es vital salvar sus vidas», remarcó el ministro de Educación ruso, Sergei Kravtsov, en un mensaje de video.
Aunque en la última semana, Moscú ha llamado a la población a «evacuar» y dirigirse a Rusia o a la anexionada provincia de Crimea, este fin de semana el llamado de los prorrusos fue hecho con mayor urgencia ante la aproximación del Ejército local, que desarrolla una contraofensiva para recuperar el control de sus territorios, arrebatados tras la invasión ordenada por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, el pasado 24 de febrero.
Más residentes de la capital homónima empacaron sus pertenencias en las últimas horas y abordaron lanchas y autobuses escolares para dejar la ciudad.
«Por supuesto que tememos por nuestras vidas (…) Pero creo que todo estará bien. Jersón resistirá», dijo Vera, una mujer de 44 años, que no dio su apellido.
Alrededor de 25.000 personas han salido de Jersón desde el pasado martes 18 de octubre, señaló el subjefe de la región instalado por el Kremlin, Kirill Stremousov.
Moscú indicó esta semana que esperaba sacar de la localidad entre 50.000 y 60.000 personas, una acción a la que se refiere como «evacuaciones», pero que es refutada por Kiev. Ucrania las tilda de «deportaciones» y salidas forzadas, por lo que pide a los ciudadanos no atender el llamado de los prorrusos.
«Le recomendamos nuevamente que abandonen la ciudad y la orilla occidental del (río) Dnipro», indicó Stremousov, en referencia a la corriente fluvial por la que la población ha sido trasladada.
«No vamos a renunciar a Jersón»
A pesar de las advertencias que hacen para huir de la localidad, los funcionarios respaldados por el Kremlin insistieron en que cualquier reubicación sería temporal.
«No será por mucho tiempo. Definitivamente regresarán», prometió Kravtsov en su declaración.
Sin embargo, los analistas militares destacan que detrás del llamado urgente de las tropas ocupacionistas a abandonar la zona estaría la señal de que no contarían con la capacidad de defender una región que ahora aseguran que les pertenece.
El Gobierno de Putin impulsó la realización de cuestionados referendos el pasado septiembre, en los que se anexionó cuatro regiones ucranianas ocupadas total o parcialmente por sus militares: Donetsk y Lugansk, en el este, y Zaporizhia y Jersón, en el sur.
Kiev y Occidente califican esos plebiscitos como «falsos» y denuncian que tuvieron lugar bajo coerción a los habitantes. Señalamiento rechazado por Moscú.
«No vamos a renunciar a Jersón», advirtió Stremousov.
El funcionario agregó que la explosión de un artefacto improvisado mató a una persona e hirió a otra este domingo. Esa información no ha sido verificada de forma independiente.
Las tropas rusas se han retirado de partes del frente de batalla en las últimas semanas y algunos expertos no descartan que hagan lo mismo en Jersón, que el pasado 3 de marzo se convirtió en la primera ciudad de importancia en caer en manos de los rusos.
Un eventual retiro de allí representaría una enorme derrota para la misión de Putin que, en medio de los reveses de sus tropas, refuerza su amenaza nuclear. Advertencia también vista por los analistas como una acción que denota desespero.
Ejército ruso aumenta los ataques
Mientras se encuentran bajo presión de las fuerzas ucranianas, los soldados que responden a la Administración de Putin lanzaron este 23 de octubre otra avalancha de embestidas con drones, que apuntan contra las instalaciones eléctricas e hidráulicas, a lo largo de Ucrania.
Un ataque con misiles rusos destruyó el último piso de un bloque de apartamentos en Mikoláiv, en el sur. Un asalto que impactó una plaza y varios edificios vecinos, rompió ventanas y agrietó paredes.
Los automóviles alrededor quedaron aplastados bajo los escombros. No fueron confirmadas víctimas mortales.
«Después de la primera explosión, traté de salir, pero la puerta estaba atascada. Después de un minuto o dos, hubo una segunda explosión fuerte. Nuestra puerta voló hacia el pasillo», describió Oleksandr Mezinov, de 50 años, quien fue despertado por las ráfagas de fuego.
Mikoláiv, en manos de las autoridades ucranianas, se encuentra aproximadamente a 35 kilómetros al noroeste de la línea del frente hacia la ocupada Jersón.
El gobernador regional, el ucraniano Vitaliy Kim, informó que el Ejército de su país derribó 14 drones «kamikaze» rusos sobre Mikoláiv durante la noche.
Los aviones no tripulados están diseñados para explotar al impactar y hasta el momento han causado graves daños en alrededor del 40% del sistema de energía del país.
Reino Unido rechaza acusación rusa
El ministro de Defensa británico, Ben Wallace, rechazó las afirmaciones hechas por su homólogo ruso Sergei Shoigu, quien en una llamada le aseguró este domingo que los países occidentales estaban facilitando un plan de Kiev para escalar el conflicto.
«El secretario de Defensa refutó estas afirmaciones y advirtió que tales acusaciones no deben usarse como pretexto para una mayor escalada», aseguró el Ministerio de Defensa británico en un comunicado.
Moscú reprocha ampliamente que Estados Unidos y Europa respalden con armas y vehículos militares a la nación atacada. Una decisión tomada por Occidente para ayudar a Kiev sin tener que intervenir directamente en el terreno, tras explicar que de hacerlo se desencadenaría un conflicto aún mayor.
Shoigu, a quien algunos nacionalistas rusos han culpado por los reveses de las tropas de su país, también discutió el «rápido deterioro de la situación» en llamadas con sus homólogos franceses y turcos.
Sin proporcionar evidencia, Shoigu afirmó que Kiev podría escalar la guerra con una «bomba sucia»: explosivos convencionales mezclados con material radiactivo.
No obstante, Ucrania no posee armas nucleares, mientras que Rusia ha dicho que podría proteger el territorio ruso con su arsenal nuclear.