Las elecciones israelíes celebradas este martes, las quintas en menos de cuatro años, podrían devolver al poder al ex primer ministro Benjamín Netanyahu, ya que su partido, el Likud, fue el más votado –lograría 30 o 31 escaños– y el bloque de formaciones derechistas y religiosas que lo apoyan sumaría entre 61 y 62 diputados de los 120 que componen la Knéset.
Estos últimos serían suficientes para formar un gobierno, según informaron medios israelíes en base a las encuestas a boca de urna.
De acuerdo a lo que indicaron estos sondeos, los partidos contrarios a Netanyahu, que son liderados por el actual primer ministro Yair Lapid obtendrían aproximadamente 55 escaños, por lo que no tendrían posibilidad de formar mayoría y continuar en el gobierno.
Informaron que el partido de Lapid, el centrista Hay Futuro, lograría alrededor de 23 escaños, su mejor desempeño electoral desde su fundación, pero la heterogénea unión de partidos de derecha, centro e izquierda que lo respaldaría para crear un frente anti-Netanyahu aparentemente no llegaría a obtener los apoyos suficientes.
De todas maneras, aún las cifras oficiales que hay son preliminares, y los resultados definitivos no se conocerán hasta el jueves. Esto mismo manifestó en primera instancia Netanyahu, que en un breve contacto con medios locales dijo: “Es un buen comienzo, es todo lo que puedo decir. Todo depende de los números reales”.