El primer ministro británico, Rishi Sunak, dio por concluida la «era dorada» entre el Reino Unido y China. Según él, el país asiático supone un reto para los intereses británicos.
El mandatario calificó a China como un «desafío sistémico» para el Reino Unido en su discurso en el banquete ofrecido por el alcalde de Londres. Subrayó que la idea de que el comercio pueda llevar al gigante asiático a reformas tanto sociales como políticas fracasó. Agregó que el Gobierno chino «avanza hacia un autoritarismo aún mayor».
El enfoque del reino es prestar más atención a la seguridad económica para «mejorar drásticamente», según Sunak.
El primer ministro anunció nuevos principios de la política del Reino Unido poco después del escándalo con la empresa Newport Wafer Fab, el mayor productor de microchips en el país europeo. El Estado británico bloqueó el trámite de adquisición de esta compañía por la empresa china Nexperia. El Gobierno del Reino Unido consideró esta compra como una amenaza para la seguridad nacional.
Nexperia es un filial de Wingtech Technology, compañía china parcialmente estatal. Desde que Nexperia compró en julio de 2021 una participación del 86% de Newport Wafer Fab, obtenido el control completo de la planta, Newport Wafer Fab empezó a vender sus productos solamente a la empresa china.
El hecho puso de los nervios al Gobierno británico, ya que surgieron preocupaciones por la transferencia de tecnologías del país europeo a su rival asiático.
El 18 de noviembre, China expresó su protesta ante el bloqueo por parte de las autoridades británicas que instan a Nexperia a vender esa participación, quedándose solo con el 14% del control.
Asimismo, el Reino Unido aboga por la ampliación de la cooperación en la región del Indopacífico. En particular, AUKUS —con la participación de Australia y EEUU— es un ejemplo de la creación de alianzas militares.
Sin embargo, Sunak destacó que China es un actor gigante y muy importante en cuanto a los desafíos globales como la economía mundial o el cambio climático. Aun así, al Reino Unido no le conviene el statu quo en la escena mundial y tratará de proteger sus intereses.