La hermana del dirigente de Corea del Norte, Kim Jong Un, ha advertido de que un hipotético derribo de uno de sus misiles por parte de Estados Unidos equivaldría a una «clara declaración de guerra» y ha anticipado medidas «abrumadoras» ya como respuesta a las maniobras militares conjuntas organizadas en la región.
Kim Yo Jong, figura destacada en el régimen que encabeza su hermano, ha insinuado que Pyongyang no se quedará de bajos cruzados si Washington intercepta de alguna manera las «armas estratégicas» utilizadas en los ensayos norcoreanos, ya que considera que no perjudican la seguridad de ningún otro países y se llevan a cabo en áreas «que no pertenecen a la jurisdicción de Estados Unidos».
Kim ha respondido de esta manera a un supuesto aviso lanzado por el comandante de las tropas norteamericanas en la región, John Aquilino, en un momento de creciente tensión tras el inicio de maniobras militares conjuntas entre Estados Unidos y Corea del Sur.
El régimen norcoreano, habitualmente crítico con este tipo de ejercicios, se reserva el derecho a adoptar «acciones apropiadas, rápidas y abrumadoras» con las que responder a dichas maniobras, según Kim. Horas antes el Ministerio de Exteriores de Corea del Norte había acusado a Estados Unidos de generar tensión de manera «intencionada».
En estos ejercicios, las fuerzas norteamericanas han desplegado un bombarero estratégico B-52H, con capacidad para portar armas atómicas, aunque tanto Washington como Seúl han insistido en que se trata de acciones de rutina que no representan ninguna amenaza directa para Pyongyang.