La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha criticado ante la Asamblea General de la ONU a las mafias que se lucran gracias a la migración ilegal, que se aprovechan del caos desatado sobretodo en África por los efectos del cambio climático, por la guerra en Ucrania y por el terrorismo.
«En este caos que produce decenas de millones de personas potencialmente en busca de mejores condiciones de vida, se infiltran redes criminales que se aprovechan de la desesperación para recaudar fácilmente miles de millones (de dólares). Son los traficantes de seres humanos los que organizan el comercio de la migración masiva ilegal», ha declarado Meloni.
«(Los migrantes) confían en ellos para emigrar en busca de una vida mejor, haciéndoles pagar miles de dólares por viajes a Europa (…) no les dicen que esos viajes, con demasiada frecuencia, pueden conducir a la muerte, a una tumba en el fondo del mar Mediterráneo. Lo único importante para ellos es el margen de beneficio», ha añadido la mandataria italiana.
Tras ello, ha mostrado su intención de combatir a estas mafias «en todas sus formas», y ha pedido a Naciones Unidas a no ignorar «la comercialización de la vida humana», y ha cuestionado que priorizar a los migrantes ilegales sea solidario debido a que las mafias «traen mujeres a Europa para prostituirse y pagar las deudas contraídas» y que los hombres «son empujados a las manos del crimen organizado.
Es por ello por lo que Meloni ha pedido «derrotar a los traficantes de esclavos del tercer milenio» y «atajar las profundas causas de la migración».
Estas causas, según la primera ministra, pueden ser atajadas mediante «trabajo, formación, oportunidades» en las naciones de origen para que nadie se vea obligado a abandonar sus hogares y el establecimiento de «vías para una migración legal y acordada e integrable».
«África no es un continente pobre. Al contrario, es rico en recursos estratégicos. (…) A menudo ha sido y sigue siendo un continente explotado. Con demasiada frecuencia, las intervenciones de naciones extranjeras en el continente no han respetado las realidades locales. A menudo el enfoque ha sido depredador (…) debemos cambiar de rumbo», ha destacado Meloni.