La policía francesa utilizó gases lacrimógenos y cañones de agua para disolver una concentración prohibida en apoyo al pueblo palestino en París el jueves por la noche, mientras el presidente Emmanuel Macron instaba a los franceses a permanecer unidos en medio del temor a un desbordamiento del conflicto entre Israel y Hamás en Francia, sede de las mayores comunidades judía y musulmana de Europa.
En un discurso televisado en horario de máxima audiencia, Macron pidió al pueblo francés que permaneciera unido tras el ataque de Hamás contra Israel, en el que murieron 13 ciudadanos franceses.
«No sumemos, por ilusión o cálculo, las divisiones nacionales a las divisiones internacionales, y no cedamos a ninguna forma de odio», dijo Macron, añadiendo que el número de franceses muertos en la incursión de Hamás en Israel había ascendido a 13.
Diecisiete ciudadanos franceses, entre ellos cuatro niños, han sido dados por desaparecidos desde el ataque.
PRO LIBERACION DE REHENES
Macron prometió hacer «todo» para lograr la liberación de los rehenes en cautiverio de Hamás.
«Hablo con las familias esta noche y quiero decirles que Francia está haciendo todo lo que está en su mano, con las autoridades israelíes y nuestros socios, para traerlos a casa sanos y salvos porque Francia nunca abandona a sus hijos», dijo.
Hamás era una «organización terrorista» que quería la muerte del pueblo de Israel, dijo Macron, añadiendo que la única forma de resolver la actual crisis en Oriente Medio era proporcionando garantías de seguridad a Israel junto con la creación de un Estado de Palestina.
El discurso de Macron se produjo en medio del aumento de los ataques antisemitas en toda Francia.
Ante la preocupación de que el conflicto se extienda a la región de Oriente Medio, Macron prometió proteger a todos los ciudadanos en suelo francés.
«Nuestro primer deber es garantizar la seguridad de todos nuestros ciudadanos en nuestro territorio y evitar cualquier acción, cualquier palabra que pueda estigmatizarlos», dijo.
Francia cuenta con las mayores poblaciones musulmanas y judías de Europa, y el conflicto palestino-israelí ha contribuido en el pasado a las tensiones entre ambas.
GASES LACRIMOGENOS CONTRA LOS MANIFESTANTES
Poco antes del discurso de Macron, el ministro del Interior francés, Gerald Darmanin, anunció la prohibición de las manifestaciones pro-palestinas, alegando que eran «susceptibles de generar alteraciones del orden público».
A pesar de la prohibición, varios cientos de manifestantes pro-palestinos se reunieron en el centro de París el jueves por la noche en grupos separados. La Policía utilizó gases lacrimógenos y cañones de agua para intentar evitar que se unieran.
Los manifestantes coreaban «Israel asesino» y «Macron cómplice».