Las calles de Pétion-ville, en las colinas de Puerto Príncipe, volvieron a sembrarse de cuerpos, en la que es la única comuna de la capital de Haití que aún no está completamente en poder de las bandas armadas.
Los al menos siete muertos aparecidos esta jornada en Pétion-ville se suman a los otros quince cadáveres con los que amaneció hace dos días esa misma zona, en circunstancias aún no esclarecidas.
En ambas jornadas las imágenes fueron similares: cuerpos tiroteados (en esta ocasión algunos en medio de llamas y otros ya carbonizados), camillas con fallecidos introducidas en ambulancias o trabajadores cargando ataúdes.
De acuerdo con las últimas informaciones colgadas por la Policía Nacional de Haití (PNH) en las redes sociales, en el curso de una operación en Pétion-ville el jefe de banda Mackandal fue herido de muerte.
También indicó que, después de disparar a una patrulla, tres miembros de pandillas fueron abatidos y dos vehículos Inmovilizados.
Por otra parte, un agente de la Policía fue asesinado por hombres armados en Delmas 72, comunicó el Sindicato Nacional de Policías Haitianos (Synapoha).
La violencia sigue muy presente en la zona metropolitana de Puerto Príncipe, pese a las patrullas de la Policía y el estado de emergencia y el toque de queda en el departamento del Oeste, donde está la capital.
En las últimos días, esa violencia se ha trasladado del centro de la ciudad a diferentes zonas de Pétion-ville, donde se registran enfrentamientos entre bandas o hay ataques de las pandillas en su intento por hacerse con el control de esas áreas, todo ello en medio de intensos tiroteos.
A la inseguridad ya existente, se suma que a principios de mes unos 3.000 presos, entre ellos miembros y cabecillas de bandas, lograron fugarse de las dos prisiones más importantes de la ciudad, tras ser asaltadas por los grupos armados.
Una ciudad paralizada en la que aumentan los desplazados
Todo ello repercute en el funcionamiento de la ciudad: prácticamente no hay actividad comercial, las escuelas están cerradas y es constante el ir y venir de personas que huyen de sus casas, de sus barrios, hacia zonas consideradas más seguras.
Según los últimos datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la última escalada de la violencia en Puerto Príncipe, que comenzó a final de febrero pasado, ha llevado a que más de 15.000 personas se hayan convertido en desplazados.
En total, más de 86.000 haitianos viven en 84 puntos de desplazamiento, por lo que se han convertido en centros de refugiados en escuelas, iglesias y plazas públicas, en los que sus habitantes sobreviven en condiciones insalubres e inhumanas.
Además, de acuerdo con la OIM, en menos de una semana 17.000 personas abandonaron la capital en busca de un lugar más seguro y se fueron con familiares o amigos a otras provincias, con el peligro que conlleva viajar, puesto que la ciudad y las carreteras están rodeadas por las bandas.
Esta agencia de Naciones Unidas calcula que, desde principios de año, en el área metropolitana de Puerto Príncipe la población desplazada ha aumentado en un 15 % y unas 160.000 personas no pueden regresar a sus hogares.
También la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, la OCHA, considera que los tres primeros meses de este año han sido penosos para miles de haitianos.
Mientras tanto, continúan las evacuaciones de extranjeros y, este miércoles, Estados Unidos evacuó a una quincena de sus ciudadanos con un vuelo de helicóptero de Puerto Príncipe a República Dominicana.
El Departamento de Estado de EE.UU. detalló que espera evacuar de esta forma a unas 30 personas de nacionalidad estadounidense cada día.
Todo ello ocurre mientras se espera la implementación del consejo presidencial de transición, tras cuya constitución dejará el poder el primer ministro haitiano, Ariel Henry, y también el despliegue de la misión multinacional de apoyo a la seguridad que encabezará Kenia.