El paciente que recibió el primer trasplante de riñón de un cerdo modificado genéticamente en un hospital de Boston falleció siete semanas después de la operación, según informó el centro a última hora del sábado.
El paciente, Rick Slayman, de 62 años, padecía una enfermedad renal en etapa terminal cuando recibió el trasplante, el pasado 16 de marzo, en el Hospital General de Massachusetts tras una operación de cuatro horas considerada un hito médico.
El centro dijo no tener “indicaciones de que (la muerte) haya sido resultado del trasplante”, según un comunicado conjunto con la familia de Slayman. Por el contrario, hablan de algo “repentino” y destaca el trabajo del equipo médico que le dio una “segunda oportunidad”.
“Sus enormes esfuerzos para liderar el xenotrasplante (de animal a humano) nos dieron a nuestra familia siete semanas más con Rick, y los recuerdos que hicimos en ese tiempo permanecerán en nuestras mentes y corazones”, dijeron sus allegados.
Trasplante con órganos de cerdos
El riñón del cerdo “editado con 69 genomas” mediante el uso de tecnología CRISPR-Cas9. Consiste en eliminar genes porcinos eventualmente dañinos y añadir posteriormente genes humanos para hacerlo compatible con un cuerpo humano.
Además, los científicos desactivaron retrovirus endógenos del cerdo para minimizar posibles infecciones.
El cerdo donante lo proporcionó una empresa de Massachusetts llamada eGenesis. Especializada en trasplantes y en la modificación de organismos animales para hacerlos compatibles con los humanos.
En los últimos meses, varios hospitales del mundo, sobre todo en EE.UU., han trasplantado órganos de cerdos. Lo han hecho con riñones y corazones, modificados genéticamente, a humanos generalmente en situación de muerte cerebral.
Tras el caso de Slayman, un hospital de Nueva York hizo el pasado mes de abril el segundo trasplante del mundo de un riñón de cerdo modificado a un paciente, una mujer de 54 años.
Más de 103.000 personas se encuentran actualmente en lista de espera para recibir órganos sólo en Estados Unidos. Alrededor de 17 mueren cada día porque no pueden conseguir uno.