Decenas de tractores se han alineado en la avenida londinense de Whitehall, donde se ubican los edificios del Gobierno británico, como protesta a los cambios introducidos por el Ejecutivo al impuesto de sucesiones a los agricultores del país.
La protesta agrupó a estos granjeros en las calles del centro de la capital, cerca del Parlamento, durante la sesión semanal de preguntas al primer ministro, Keir Starmer, para mostrar su rechazo a la medida incluida en el presupuesto general del Estado presentado el pasado octubre por la titular de Economía, Rachel Reeves.
Durante el acto, los agricultores hicieron sonar hoy sus cláxones y algunos portaron pancartas con mensajes contundentes como: «Starmer, agresor de los granjeros» o «DEP Agricultores británicos».
Paralelamente a la protesta de Londres, se llevaron a cabo otros actos similares en otras ciudades del país, como Edimburgo (Escocia), Cardiff (Gales) o Belfast (Irlanda del Norte) para rechazar la subida del impuesto de sucesiones a este colectivo.
El pasado mes se llevó a cabo otra protesta similar por parte de estos trabajadores para pedir al líder laborista que anule la decisión de cobrar un impuesto de sucesiones al 20 % sobre los activos agrícolas valorados en más de un millón de libras (1,2 millones de euros).
Los agricultores argumentan que la imposición de esa tasa a partir de abril de 2026 -de la que hasta ahora estaban exentos y que pasarán a pagar por debajo del 40 % aplicado al resto de la población- dificultará la transmisión de granjas entre familias, poniendo en peligro al sector.
Sin embargo, por su parte, el Ejecutivo laborista británico asegura que la medida solo afectará al año a unas 500 explotaciones (de más de 200,000 en el país), dado que, junto con otras desgravaciones existentes, el valor libre de impuestos podrá ascender en algunos casos a 3 millones de libras (3,6 millones de euros).
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