Mets, con ‘M de Monumental Fracaso’, sin postemporada

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La expectativa era máxima, incluso, entre los no aficionados de los New York Mets.

Tras ganar la batalla con New York Yankees, fuera del diamante, por Juan Soto, la temporada de los de Queens tenía todo para ser, más que ganadora, espectacular. Y el equipo, con una de las nómina más caras de las Grandes Ligas, cumplió en la primera parte de la campaña. Presumió el mejor récord de todas las Mayores hasta el 12 de junio.

Los New York Mets fueron incapaces de reponerse del colapso que inició a mitad de temporada. AP
¿Después? Bueno, después, ni Juan Soto con su contrato millonario pudo evitar que Mets cayera estrepitosamente en picada. ¿El punto más bajo de la caída? Tristemente, especialmente para sus aficionados, el cierre de temporada, en el juego 162, en que perdieron ante los Miami Marlins con el que su última posibilidad de ir a la postemporada se fue por la borda.

¿Qué sucedió? Vamos a comenzar por el pitcheo.

Para nadie es un secreto que el pitcheo es uno de los principales puntos de flotación y éxito de los equipos que llegan lejos, en el caso de Mets fue un talón de Aquiles, al ser el segundo cuerpo de pitchers más castigado con cuadrangulares (149 vuelacercas permitidos) y el 23 en WHIP (1.32).

La mejor carta que tuvieron en el pitcheo abridor fue Clay Holmes, quien terminó por ser removido de la rotación en septiembre, con números discretos, si se compara con otros lanzadores que brillaron intensamente, en el caso de su ‘estelar’, sólo alcanzó 12 victorias con un 3.53 de efectividad, lejos de los líderes de ambos departamentos.

En tanto, el mejor en el rubro de ponches fue David Peterson (150), quien fue el segundo abordo, por debajo de Holmes.

Sigamos con el departamento ofensivo. El bateo colectivo tampoco fue el mejor, no para la segunda nómina más alta de las Mayores (341 millones de dólares), sólo por detrás de Los Ángeles Dodgers (349.8 millones de dólares). Los Mets fueron el equipo 14 en promedio (.249) y el noveno en fabricar carreras (766), con un notable decremento de productividad colectiva en la segunda mitad del calendario.

¿Todo fue culpa de Juan Soto? Bueno, seamos justos. Si bien el dominicano tuvo un comienzo lento, terminó por firmar una de sus mejores temporadas individuales, con 43 jonrones (la mejor cifra en sus ocho campañas de trayectoria) y 38 bases robadas, una cantidad exorbitante para él si se toma en cuenta que sólo dos veces antes había llegado a 12 (2019 y 2023).

‘La Fiera’, además, fue líder de la Nacional en boletos negociados, con 126, y en OBP (.396) y, si bien fue apoyado por artilleros como Pete Alonso (.273, 38HR y 126CP), el pitcheo, otra vez, no fue capaz de mantener las ventajas en la pizarra. Así, con dos jugadores por encima de 35 jonrones y 100 producidas; y tres por encima de 30 cuadrangulares, pues Francisco Lindor conectó 31 (primera vez que tres bateadores lo consiguen en la historia de la franquicia), no les alcanzó para llegar a octubre.

Por cierto, a sus 30 años, Alonso dijo al cabo de la temporada que irá a la agencia libre y no ejercerá su opción para 2026, tras haber firmado un contrato de 30 millones de dólares sólo por 2025. ‘El Oso Polar’ es de los peloteros emblemáticos del equipo, tanto, que el sábado lideró la ofensiva en el triunfo de Mets sobre Marlins en el segundo de la serie e hizo albergar esperanzas entre los aficionados de que el milagro era posible, mas está dispuesto a explorar nuevos aires luego de rubricar su mejor calendario en batazos de dos estaciones (41 con los que lideró la Nacional) y quedarse sin postemporada.

Para ahondar en la herida, es justo recordar que en 2007 y 2008 fueron también los Marlins los que incidieron en el colapso del equipo, y en 2025 la historia se repitió, y de qué manera. Los Mets requerían de un triunfo sobre Miami y una derrota de Cincinnati Reds ante Milwaukee Brewers para asegurar la calificación a la postemporada; los Brewers superaron a los Reds en la jornada final, pero los neoyorquinos sucumbieron ante los Marlins por blanqueada de 4-0 con una sólida apertura de cinco rollos del dominicano Edward Cabrera y cuatro relevistas que se combinaron de manera hermética en cuatro rollos.

Dicho en otras palabras, ocurrió lo que no dependía de ellos y no fueron capaces de hacer lo que sí estaba en sus manos: Ganar un juego ante un equipo que terminó el año jugando pelota de .488.

El 12 de junio, los Mets presumían el mejor récord de las Mayores con 45-24, viento en popa tras 69 de 162 juegos, pero ese fue el día en que la debacle empezó y, desde entonces, firmaron un registro desastroso de 38-54, el quinto peor de Grandes Ligas.

Ahora bien, vamos al renglón positivo después de la catástrofe en este calendario. No todo está perdido si se piensa en 2026, pues además de lo bien que lucieron a la ofensiva de manera individual Soto, Alonso y Lindor, además de Brandon Nimmo, quien suele ser una bujía, en el pitcheo, los novatos Nolan McLean, Brandon Sproat y Jonah Tong dejaron un buen sabor de boca. McLean estacionó su efectividad en 2.06 tras ocho aperturas. Además, el cerrador Edwin Díaz, está de regreso como en sus mejores tiempos, con 1.63 de ERA y 0.87 de WHIP.
Fueron ocho costosas derrotas al hilo, del 6 al 13 de septiembre, un duro golpe del que, con todo y algunos chispazos, los Mets ya no se recuperaron; Holmes fue retirado del staff de abridores, Kodai Senga fue enviado a Triple-A y Sean Manaea, quien llegó de manera tardía (mediados de julio), nunca encontró su mejor forma. De su apertura el domingo, mejor, olvidémonos ya.

Qué diferente esta historia a la de 2024, cuando los aficionados hablaban encantados de las proezas beisboleras de los ‘Miracle Mets’ y los ‘Mets con M de Magníficos’. Esos días en que el ‘OMG’ de José ‘Candelita’ Iglesias, hoy en San Diego Padres, era el himno perfecto para los momentos de celebración y triunfo. Esta vez no hubo ‘Oh My God’ que rescatara a Mets, con ‘M de Monumental Fracaso’.

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