Por segunda jornada consecutiva la capital haitiana se encuentra paralizada tras el llamado a huelga general de sindicatos de transportistas que exigen la revocación del aumento de los combustibles.
Las instituciones estatales y privadas, bancos, mercados, empresas y la administración pública mantienen sus puertas cerradas y pocos vehículos se aventuran a circular por las calles.
El paro general está previsto hasta mañana miércoles, aunque en algunas ciudades departamentales miles de personas salieron a las calles para exigir la renuncia del primer ministro Ariel Henry y señalan la poca efectividad del Gobierno en atender los problemas de la población.
La víspera en Carrefour, al sur de la capital, y Gonaïves, al noroeste, se movilizaron los ciudadanos con ramas de árboles en las manos y pidieron la instalación de un nuevo Ejecutivo.
Méhu Changeux, coordinador de la Asociación de Propietarios y Choferes de Haití, felicitó a los ciudadanos que siguieron el llamado a huelga y recordó que el movimiento no solo concierne al sector sindical, sino a todos los estratos de la sociedad que se ven afectados por el aumento del costo de la vida, aseguró.
Asimismo, alentó a continuar la movilización nacional para presionar al Gobierno a revertir la disposición.
Las autoridades retiraron los subsidios de los hidrocarburos, con lo cual aumentó hasta el 228 por ciento los precios de la gasolina, el diésel y el queroseno, y explicaron que los ingresos de las aduanas son insuficientes para sufragar la subvención.
Sin embargo, para los manifestantes, las autoridades no pueden tomar esas medidas en medio de una grave crisis económica donde casi la mitad de la población sufre inseguridad alimentaria.