El Kremlin ha acusado a Kiev de un ataque a la planta nuclear de Zaporiyia y ha advertido que este ataque tendrá de «consecuencias catastróficas».
Tanto Moscú como Kiev se han culpado mutuamente por los ataques a la central nuclear más grande de Europa, controlada por las fuerzas rusas.
El representante de la Presidencia rusa ha señalado que «los ataques de la central nuclear por parte de las Fuerzas Armadas ucranianas representan una acción extremadamente peligrosa, que de agravarse podría traer consecuencias catastróficas para vastos territorios, incluyendo el territorio de Europa».
«Los ataques de Ucrania contra instalaciones nucleares pueden ser calificados en base al derecho internacional como actos de terrorismo nuclear», afirmó en Telegram el senador ruso, Konstantín Kósachev.
Por su parte, el jefe de la compañía estatal de energía nuclear de Ucrania, Energoatom, ha pedido el lunes que la planta de energía nuclear de Zaporizhzhia se convierta en una zona libre de militares, y ha advertido sobre el riesgo de un desastre nuclear al estilo de Chernobyl después de que el sitio fuera alcanzado por un bombardeo.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió este lunes que cualquier ataque a una planta nuclear es «una misión suicida», en referencia al ataque contra la nuclear de Zaporiyia, sobre el cual evitó señalar responsables.
Guterres también dio su apoyo al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y sus esfuerzos para estabilizar la situación general de la zona y acceder a la planta nuclear.