El primer ministro del Líbano, Najib Mikati, pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que tome una decisión para un “alto el fuego inmediato y completo”, y afirmó que su Gobierno está dispuesto a desplegar al Ejército libanés en el sur del país, y que el grupo proiraní “Hizbulá está de acuerdo”.
“Hemos decidido (…) pedir al Consejo de Seguridad de la ONU adoptar una resolución para un alto el fuego inmediato y completo”, dijo Mikati en una rueda de prensa tras una reunión del Consejo de Ministros libanés, en la que subrayó, por primera vez, que Hizbulá “está de acuerdo también”.
El primer ministro destacó “el compromiso del Gobierno libanés con implementar la decisión 1701 del Consejo con todas sus cláusulas, incluida la del despliegue del Ejército en el sur del Líbano y reforzar su presencia en la frontera libanesa de manera que garantice la correcta aplicación de esta resolución”.
Desarme de Hizbulá
No obstante, Mikati insistió en que “la comunidad internacional debe comprometer al enemigo israelí con la resolución” 1701 que puso fin a la guerra entre Líbano e Israel de 2006, y establece que en la franja fronteriza solo pueden desplegarse las fuerzas armadas libanesas.
Eso significa que los milicianos de Hizbulá apostados junto a la divisoria con Israel, donde está
n enfrentados con el Estado judío desde hace más de un año, deberían retirarse hacia el norte, por encima del río Litani.
También se estipula el desarme de esa formación chií.
“Esa resolución (1701) sigue siendo válida. Hizbulá está de acuerdo también. Hizbulá es un socio de este Gobierno y hoy estuvo de acuerdo sobre este tema, y no creo que haya ninguna duda”, enfatizó.
“El alto el fuego es una necesidad inmediata y el Ejército libanés debe comprobar que lleva a cabo su responsabilidad de forma completa para mantener la seguridad y reforzar su papel en el sur del Líbano de conformidad con la resolución 1701”, recalcó el primer ministro.
Cerca de 20 ataques contra centros médicos
Asimismo afirmó que, durante su reunión, el Consejo de Ministros estudió “lo que tenemos que hacer el día después de la guerra” como la situación humanitaria y sanitaria, así como la de los desplazados, y confirmó que en las últimas dos semanas “un total de 334.000 sirios salieron del país”.
Este viernes a Organización Mundial de la Salud (OMS) ha denunciado que al menos 18 instalaciones médicas en el Líbano han sido atacadas por Israel desde el 17 de septiembre, día de la explosión de miles de dispositivos de activistas de Hizbulá y del inicio de la operación israelí en el país.
Se trata de ataques que la entidad sanitaria ha sido capaz de “verificar” y en los que murieron 72 personas y decenas resultaron heridas, incluidos numerosos miembros del personal, según el portavoz de la organización.
Desde el inicio hace un año de la guerra en Gaza, que repercutió en el Líbano con un conflicto de baja intensidad en el sur del país entre Israel y Hizbulá, los bombardeos israelíes han afectado a un total de 34 recintos sanitarios, limitando el acceso a servicios esenciales.
Al menos 9 muertos en el sur del Líbano
Mientras, el fuego cruzado continúa. Al menos nueve personas murieron en nuevos bombardeos israelíes contra localidades del sur del Líbano y el grupo libanés proiraní Hizbulá reivindicó tres ataques con drones y proyectiles contra el norte de Israel.
Las nuevas víctimas mortales se registraron en las localidades de Budai, en Baalbek, y Jibshet, en Nabatiyeh, ambos en el este, donde un bombardeo de la aviación israelí causó la muerte de nueve personas.
Por su parte, Hizbulá anunció en sendos comunicados que atacó con drones una base militar israelí en Haifa, y lanzó “una andanada de proyectiles contra soldados enemigos en el asentamiento de Kafr Sold”, además de atacar “equipo técnico en el sitio de Al Abad con un misil guiado”.
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