La viceministra israelí de Exteriores, Sharen Heskel, achacó a la «legítima defensa» de Israel la operación militar que lleva a cabo el Ejército israelí en el norte de Cisjordania y que ha desplazado a al menos 40.000 palestinos de sus hogares.
«Esas zonas se han convertido en terreno fértil para las organizaciones terroristas», dijo Heskel sobre los campos de refugiados de Yenín o Tulkarem, donde las tropas israelíes entraron con tanques hace semanas y han destruido cientos de viviendas, desplazando a decenas de miles de personas.
«Se trata del derecho de Israel a la autodefensa. ¿Se nos permite defendernos de las organizaciones terroristas que atacan y cometen actos asesinos contra nuestros civiles?», preguntó la viceministra en una rueda de prensa con medios internacionales celebrada en Jerusalén.
Heskel hizo referencia a los «grupos radicales» que según dijo actúan allí y que cometieron «actos terroristas» en enero durante los enfrentamientos que se produjeron en campos como Yenín entre milicias palestinas y las fuerzas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Según la viceministra, Israel decidió entonces actuar. «Por eso tomamos la decisión de entrar y restablecer el orden, la estabilidad y la paz, para que la gente pueda vivir allí», dijo.
Para Heskel, la ANP debería asumir la soberanía sobre el sistema escolar, las clínicas de salud o la limpieza de las calles.
Respecto a los desplazados y la posible vuelta a sus hogares, el portavoz del Ministerio Oren Marmorstein dijo en la misma rueda de prensa que no es «razonable hacer predicciones» porque «es difícil predecir la actividad operativa en un año».
El campamento de refugiados de Yenín fue el epicentro de la operación «Muro de hierro» del Ejército israelí, que califica de misión «antiterrorista» destinada a acabar con las milicias de la zona.
Progresivamente, las fuerzas armadas extendieron sus actividades a otros campamentos de refugiados que también consideran bastiones de los grupos armados, como el de Tulkarem y el de Nur Shams, ambos en la gobernación de Tulkarem, también en el norte de Cisjordania.
Cerca de un centenar de palestinos han muerto en lo que va de año por ataques de las tropas, la gran mayoría a causa de esta operación, que deja también al menos 12 menores fallecidos, entre ellos una niña de 2 años por un disparo en la cabeza.
Al menos 40.000 personas han sido desplazadas forzosamente por esta operación, según la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), lo que ha hecho de estos campamentos zonas desiertas casi completamente.
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