Estados Unidos lanzó un misil balístico intercontinental desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg, California, después de haber retrasado el ensayo debido a una posible escalada de tensiones con China por la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán.
«Este lanzamiento de prueba es parte de las actividades de rutina, periódicas, destinadas a demostrar que la disuasión nuclear de Estados Unidos es segura, confiable y eficaz para desalentar las amenazas del siglo XXI y tranquilizar a nuestros aliados», dijo en un comunicado la Fuerza Aérea estadounidense.
Las pruebas «han ocurrido más de 300 veces antes», por lo que «no son resultado de los eventos mundiales actuales», explicó, tras el retraso ordenado por el secretario de Defensa, Lloyd Austin, el pasado 4 de agosto para evitar una escalada de tensiones con China ante la visita de Pelosi a Taiwán.
El ensayo del misil balístico intercontinental Minuteman III (ICBM), que viajó aproximadamente 2 mil 600 kilómetros hasta el atolón Kwajalein en Islas Marshall, es, según el comandante del escuadrón de pruebas de vuelo 576, Chris Cruise, una «gran forma de mostrar las habilidades y la experiencia del personal».
«Mientras China se involucra en ejercicios militares desestabilizadores alrededor de Taiwán, Estados Unidos está demostrando un comportamiento nuclear de una potencia responsable al reducir los riesgos de errores de cálculo», dijo por aquel entonces el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, según recogió el diario ‘The Wall Street Journal’.
El pasado mes de marzo, Washington también realizó un ensayo con este arma hipersónica, pese a no revelarlo para evitar una escalada de tensiones en las relaciones con Rusia antes de la visita del presidente estadunidense, Joe Biden, a Europa.