Una brutal agresión protagonizó un ciudadano dominicano en contra de su esposa, a quien mordió, amenazó de muerte y abusó sexualmente de ella.
El sujeto salvó de ir a la cárcel porque el juez Cristian Armijo no dio lugar a la prisión preventiva que solicitó la fiscal Rina Blanco.
El futuro del imputado quedó en manos de la Corte de Apelaciones de Punta Arenas, que en las próximas horas deberá resolver el destino del ciudadano extranjero.
J.A.R., de 30 años de edad, fue detenido por Carabineros a raíz de la denuncia de la víctima. El matrimonio estaba en casa, viendo televisión en el living. Eran las 18,30 horas cuando sin decir “agua va” el sujeto se puso agresivo. La insultó con ofensas de grueso calibre y es cuando ella decide ponerse de pie, pero el marido la toma a la fuerza por la espalda.
La llevó al dormitorio. La puso contra la pared y la arrojó a la cama. El hombre se sacó la ropa y amenazante le dice: “¡Mira quién soy!”.
En esos instantes trató de morderle la cara pero no lo consiguió. Sin embargo sí pudo poner los dientes en el cuello de la mujer.
Afligida como estaba, la mujer le recordó que tiene una familia, para que no le hiciera daño, pero el extranjero respondió a sus súplicas con amenazas de muerte, tanto a ella como a su círculo más cercano.
“¡Los voy a matar uno por uno, no me importa si me llevan preso porque soy dominicano y de la cárcel voy a salir más malo”!, le dijo el sujeto.
Dos años de calvario
Estas no son amenazas nuevas para ella, porque en los dos años de matrimonio esto ha sido una constante. Ya sean los malos tratos físicos, psicológicos como vejámenes, dijo la fiscal.
Por lo mismo el temor de la mujer a que las amenazas en contra de los familiares se concrete.
Entre las vejaciones mencionó que cada vez que el hombre llegaba del trabajo, la sometía a abusos de naturaleza sexual, lo que la dejaba en estado de shock. Actitudes reiterativas en los dos años de matrimonio.
El imputado fue formalizado por tres delitos, todos en contexto de violencia intrafamiliar, como lesiones menos graves, amenazas y abuso sexual agravado.
Por ahora está pendiente el cumplimiento de la prisión preventiva o si la Corte de Aplaciones impone otra medida cautelar.