El Salvador ya enfrenta una crisis alimentaria, alertó hoy la Mesa Por la Soberanía Alimentaria ante los grandes problemas de la agricultura para lograr sus cosechas.
La información, ampliamente reseñada por el diario Co Latino, puntualizó que el grupo considera que la crisis debe enfrentarse tomando medidas alternativas, como el acercarse más a las prácticas agrícolas ancestrales, que enseñan al campesino el uso de los recursos naturales para fortalecer los suelos, y obtener cosechas sanas y abundantes.
Los campesinos enfrentan grandes problemas a escala nacional para lograr sus cosechas porque a la crisis ambiental que enfrentan desde hace muchos años en el campo se suma el alto costo de la canasta básica, la pobreza que se incrementa día a día, y el uso indiscriminado de productos transgénicos que están contaminando los suelos, entre otros.
A eso hay que agregar que las importaciones de fertilizantes y abonos del país aumentaron 139 por ciento su costo al cierre de 2022.
Datos del Banco Central de Reserva aseguran que las importaciones de estos insumos superaron los 175.75 millones de dólares al término de 2022, más de 102.2 millones frente a los resultados de 2021, lo que pesa en el agricultor.
Ante este panorama negativo, y los problemas de alimentación y nutrición que ya padecen las familias en las zonas rurales, la Mesa Por la Soberanía Alimentaria consideró que la crisis debe enfrentarse tomando medidas alternativas, como el acercarse más a las prácticas agrícolas ancestrales.
Ante la crisis se propone una producción agroecológica de alimentos, la conservación y rescate de semillas criollas y nativas, promoción de saberes ancestrales de los pueblos indígenas, impulso de alimentos autóctonos con alto valor nutricional y apoyo a la producción local de alimentos, reseño el diario salvadoreño.
Adela Bonilla, miembro de la Mesa, recordó que ya anteriormente se pidió al Gobierno central, una política real de atención de la agricultura ante la falta de apoyo e incentivos a los agricultores.
«Probablemente sí tengamos una crisis alimentaria, y no es que vaya a venir, sino que ya nos encontramos en ella», afirmó Krissia Romero también integrante de la Mesa, quien pronosticó que la crisis «se va a agravar aún más».
