Desde antes de pisar la Gran Manzana, La Fiera llamó la atención del Capitan Yankee Aaaron Judge, quien se ha desprendido de sus atributos y su jerarquía para dejar que el jardinero criollo sea el principal protagonista de los Mulos en esta campaña.
Nunca antes habíamos visto un dominicano auténtico siendo mimado, apreciado a tal nivel en La Ciudad que no Duerme. El fin de semana pasado se agotaron todas sus camisetas y hemos visto a las Criaturas de las Gradas, así le llaman a los fanáticos que ocupan los bleachers del jardín derecho del Yankee Stadium, rendirse ante el sortilegio de la figura de Juan Soto.
Uno recuerda lo complicado que fue para Derk Jeter ceder su liderazgo ante un advenedizo como Alex Rodríguez cuando el dominican york aterrizó en NYY desde Texas. Mientras Alex era un híbrido de dos naciones, Juan es un dominicano a tiempo completo que ha sabido con su inteligencia, inglés perfecto y talento adueñarse desde el 2018 de las páginas del béisbol.
El criollo ha sido vital para que los Yankees tengan el mejor récord de las Mayores (10-3), tras un 2023 diabólico (80-82, penúltimos en el Este de la Americana). Parece un profesor, indicando a sus compañeros sobre la importancia de la paciencia en plato, lo determinante que es entrar a conteo profundo. Eso se refleja en la elevada cantidad de pitcheos (le han hecho 258 lanzamientos en 62 apariciones, o sea que toma 4.16 picheos por turno) y NYY encabeza las Mayores en transferencias (66), segundos en OBP (.345) en la L.A.
A diario el dominicano es portada en las diferentes publicaciones del conjunto, gracias a sus registros (.360-2-12, .978 OPS, .468 OBP, 11 BB); solo en 1 de 13 encuentros no se ha embasado y como es natural ha recibido más transferencias que ponches. Ha remolcado (8) o anotado (4) en cada uno de sus últimos cinco partidos.
Su récord de más bateadores eliminados antes de permitir un hit abriendo la temporada y el de un imparable o menos en las dos primeras salidas de una campaña nos muestran la valía de Blanco. Su dedicación le ha demostrado al mundo que no importó el firmar por un bono miserable de 5 mil dólares, permitiéndole iniciar una carrera en las Mayores, ser el foco de atención y sobre todo el Jugador de la Semana de la Liga Americana.
