Autos volcados en las calles, líneas eléctricas dañadas, ramas de árboles caídas y viviendas averiadas es el panorama con el que miles de personas despertaron en localidades de Georgia y Alabama, en el sur de Estados Unidos.
La situación se registra luego de que un día antes decenas de tornados golpearan esa zona del país, lo que deja al menos siete personas muertas. Seis de ellas en Alabama, según datos oficiales.
«Me entristece saber que seis habitantes de Alabama murieron en las tormentas que asolaron nuestro estado. Mis oraciones están con sus seres queridos y sus comunidades. Estamos demasiado familiarizados con el clima devastador, pero nuestra gente es fuerte. Saldremos adelante y seremos más fuertes», señaló la gobernadora Kay Ivey, mediante su cuenta de Twitter.
Ivey declaró el jueves el estado de emergencia en los seis condados más afectados: Autauga, Chambers, Coosa, Dallas, Elmore y Tallapoosa.
La mayoría de víctimas mortales se encontraba en el condado de Autauga, a unos 70 kilómetros al noreste de la pequeña ciudad de Selma, donde un tornado se abrió paso por alrededor de 32 kilómetros a través de comunidades rurales, destruyendo viviendas en su recorrido, explicó el director de manejo de emergencias de la circunscripción, Ernie Baggett.
“Tenemos muchas líneas eléctricas caídas (…) Hay mucho peligro en las calles”, subrayó el alcalde de Selma, James Perkins.
Allí, al menos 12 personas resultaron gravemente heridas y fueron trasladadas a hospitales, mientras equipos de emergencia movían árboles caídos en busca de personas que pudieran necesitar ayuda.
Alrededor de 40 residencias quedaron destruidas o seriamente dañadas, incluidas casas móviles que volcaron, mientras los fuertes vientos despegaban los techos de las viviendas y dejaron sin electricidad a miles de personas.
“No solo estaban impresionados. Volaron a distancia”, describió Baggett sobre los afectados.
